“Haremos todo lo posible para oponernos a estos permisos.”
A menudo en familia, con carritos y bicicletas, han venido desde Ardèche, Drôme, el Vaucluse, el Gard, Herault o, del Aveyron, principales provincias implicadas con los permisos firmados a escondidas por Jean-Louis Borloo hace apenas un año. Los colectivos del Lot, de los Bouches-du-Rhône o de la región parisina están también representados. También se han desplazado dos militantes del Québec para ser testigos de “la estupenda movilización ciudadana” de todos los confines de la provincia, en contra de todos los proyectos de extracción.
Nunca antes, la carretera nacional que une Montelimar a Aubenas ha conocido tanta afluencia. Agobiada, la guardia civil ha bloqueado centenares de coches a varios kilómetros del lugar de la concentración, obligando a numerosos manifestantes a acabar el trayecto a pie. Muchos de ellos no llegaron a tiempo para escuchar al alcalde de Villeneuve-de-Berg, Claude Pradal, exigir que los permisos sean sencillamente “cancelados”. “Haremos todo lo posible para oponernos a esos permisos”, afirmó, ya que “las consecuencias serán graves” para la agricultura y el turismo, pilares de la vida local.
Atacar los permisos de exploración en el tribunal administrativo
Fustigando la irresponsabilidad del gobierno que no se dio el trabajo de consultar o informar las autoridades locales, Claude Pradal también denuncio que: “las modificaciones implementadas en el código minero simplifican la vida de los prospectores”. Los anuncios dados por Nathalie Kosciusko-Morizet (ministra del medio ambiente) a propósito de una suspensión de las obras de exploración – esperando las conclusiones de una misión de evaluación – apenas han tranquilizado a los manifestantes. Felices de encontrarse con tanta gente movilizada, tienen ganas de acabar definitivamente con los proyectos.
Para Jean-Louis Chopy, portavoz del colectivo de Ardèche: “habrá que impedir a los camiones entrar a nuestros territorios”. Convoca a que se organicen “pirámides telefónicas” para poder reaccionar lo más rápido posible. Se pide a los propietarios de casas o de terrenos con quienes los prospectores vendrían a negociar, que se hagan conocer para organizar la resistencia. Más temprano ese día, los colectivos “Gas de esquisto – no, gracias”, reunidos en Saint-Marcel-lès Valence, han confirmado que se apoyaban en un equipo de juristas y que multiplicaban las demandas legales para anular los permisos acordados. Se han mandado demandas de abrogación de algunos de los permisos a los ministros Éric Besson y Nathalie Kosciusko-Morizet. Sin respuesta de su parte, se atacarán estos permisos en el tribunal administrativo.
Invitar a la reflexión sobre nuestro porvenir energético
Los colectivos no piensan rendirse. Han tenido cita el sábado 5 de marzo en Doue (Seine-et-Marne) para denunciar las obras de exploración de petróleo de esquisto en la Región. Según los representantes de los colectivos de la región parisina, ya se habrían hecho dos fracturamientos hidráulicos, método contaminante de extracción de gas y petroleo de esquisto, en los pozos de su región. Temiendo que empiecen de nuevo las obras después del 15 de abril, fecha en la cual se entregará el informe de evaluación, ya se está planteando organizar un “acampada de resistencia”.
Una jornada de movilización descentralizada por toda Francia podría organizarse el 15 de abril. Se van hacer proyectos de hermanamiento con ciudades y pueblos de Quebec preocupados por la explotación de gas de esquisto, tales como encuentros con colectivos polacos, alemanes, ingleses, concernidos por el frenesí de los hidrocarburos no convencionales. Se está planteando la posibilidad de organizar una gran concentración durante el verano. Quizás en el Larzac. ¿El objetivo? Que más allá de los gases de esquisto, se empiece una verdadera reflexión sobre nuestro porvenir energético y el consumo excesivo de materias primas... Todo un programa, sobre el cual los futuros candidatos para las elecciones presidenciales tendrían que tomar posición.
Maxime Combes
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