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Francia : ¿ Porque no construir parques eólicos cooperativos?

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Fuente del artículo de prensa
Autor del artículo de prensa: 
Nolwenn Weiler, traducion Anne Derenne
Fecha de publicación: 
Jueves, 21 Abril, 2011

¿Y si la producción de energía fuera ecológica, democrática y participativa? En la provincia de Redon, situada entre la Bretaña y Países del Loira, se está llevando a cabo una experiencia única en Francia: la de construir un parque eólico cooperativo. Este proyecto, que se apoya en nuevas habilidades, podría difundirse hoy en día y ser transferido a otros territorios. Reapropiar las cuestiones energéticas, confiscadas  por el Estado  y los expertos de EDF (NDT: EDF: Electricidad De Francia : antigua empresa pública que tiene un cuasi monopolio que privilegia la energía nuclear) , es posible. Es lo que se demuestra desde hace 10 años en la provincia de Redon. Reportage.

 

Todo empieza con Michel Leclercq, profesor de dibujo jubilado y Eric y Laure Vaillant, horticultores en la provincia de Redon (Bretaña y Países del Loira). Los tres son ecologistas y quieren instalar un generador eólico en su terreno para producir energía limpia. “Ello resultó ser complicado y muy fastidioso”  recuerda Michel. “¿Y si montamos mejor un parque eólico colectivo?” se preguntaron entonces. Eso resultó ser aún más complicado. Pero la plusvalía era la de vivir una aventura colectiva fuera de norma. Era también la experiencia de tener un proyecto implementado en un territorio y controlado de principio a fin por la población local. “Teníamos ganas de juntar a la gente a través de un proyecto constructivo” cuenta Michel, “Queríamos combatir por algo mientras hoy en día estamos más que todo acostumbrados a combatir en contra... de algo”

La reflexión colectiva empieza en septiembre de 2002 con unas treinta personas. “En cuanto tuvimos el acuerdo de la alcaldía, hicimos una reunión colectiva” especifica Michel. “Queríamos que los vecinos dirijan el proyecto,puedan expresarse yque participen en la financiación. Todo ello para que haya ingresos locales ya que el impacto de un parque eólico es antes que todo local”. Dos zonas se identificaron para implementar los generadores eólicos: Sévérac-Guenrouët en Loira-Atlántico y Béganne en el Morbihan. Para dirigir la búsqueda de fondos y el financiamiento de los estudios de factibilidad, se creó en mayo de 2003 la asociación EPV (“Éoliennes en Pays de Vilaine” que significa “Generadores eólicos en la provincia de Vilaine”).

Una empresa como ninguna otra.

Llegó después el momento de hacer estudios para la obtención de un permiso para construir. Nace una empresa con estatus SARL (NDT: tipo de compañía francesa reconocida por el derecho comercial), llamada Site à Watts (“Sitio con Vatios”). “Esta estructura era más adaptada para financiar este tipo de estudios que una estructura tipo asociación” especifica Michel. El Capital de esta SARL atípica se compone de miembros de EPV, pero también de tres CIGALES (Asociación de inversores para una gestión alternativa y local del ahorro solidario) que reúnen 60 personas. El consejo general (NDT: Administración territorial que se encarga de la gestión de los departamentos franceses. El conjunto de varios departamentos forma la Región. En Francia hay 100 departamentos y 26 Regiones) de Loira-Atlántico también se incorporo en el capital de la SARL por intermedio de una SEM (NDT: Sociedad de Economía Mixta, es un tipo de compañía que es a su vez pública y privada).

Dentro de los miembros de los CIGALES está Christophe Baron, agricultor. “Incorporarse  a este proyecto era algo lógico para mi, tengo una relación fuerte con todo lo relacionado con el medio ambiente” explica este productor de leche ecológica de Allaire en el Morbihan. Hace tres años, puso paneles fotovoltaicos en el tejado de su granja. Tiene un intercambiador de calor en su sala de ordeño, que le permite producir agua caliente gracias al calor de la leche. Convencido por los proyectos colectivos, pertenece desde siempre a un agrupamiento agrícola de explotación en común (GAEC). “Me di cuenta, con EPV y Sitio con Vatios, que es una suerte tener este estatuto jurídico, para quien quiere actuar de manera colectiva en agricultura”. Para lo eólico, es mucho más complicado! Hay que inventar un estatuto para un proyecto colectivo que no se ha hecho hasta ahora.

Grandes dificultades administrativas.

Los apasionados por EPV no solo tuvieron que conocer los saberes -muy técnicos- de este sector de actividad industrial, sino también aprender cómo funcionan las herramientas financieras y jurídicas, con el objetivo de poder dirigir este proyecto atípico. Y cuando se les pide resumir las dificultades de esta gran obra, que dura ya 8 años, los asalariados y los voluntariados contestan todos “¡son dificultades administrativas!”. Charlène Suire, contratada en mayo del 2010 por EPV, viene del sector eólico privado, donde había trabajado durante 2 años. “En el sector eólico, todo va muy lento, explica. Los estudios de factibilidad, las negociaciones con los propietarios, la obtención de permisos para construir, sin hablar de los textos de ley que cambian todo el tiempo. Pero cuando uno quiere que unos cientos de particulares participen enla explotación de un parque eólico, los obstáculos jurídicos son aún más grandes!”

El Grenelle II (NDT: Conjunto de leyes de protección ambiental definido en 2010-2011. Fue muy criticado por las ONGs conservadoras de medio ambiente francesas porque el tema nuclear no estaba en la ronda de negociaciones), que impone un mínimo de cinco generadores eólicos por parque, favorece la centralización y es más difícil lograr una aceptación para los grandes proyectos por parte del vecindario. Nada que ver con nuestros vecinos alemanes o daneses. En sus casos, lo eólico empezó con este modelo cooperativo. Es el punto de partida de este sector de actividad. Las herramientas financieras están adaptadas desde hace mucho tiempo. “En Dinamarca alrededor del 20% del parque eólico está organizado en participación ciudadana, explica Pierre Jourdain, asalariado del “Site à Watts”. Hay una obligación legal. En Ontario,  Canadá, hay precios de re venta para empresas privadas y para proyectos ciudadanos. En nuestro caso, hay obstáculos culturales evidentes. Los proyectos participativos no son cosas habituales en Francia, aun menos en el caso de la energía, donde tenemos la costumbre de relegarlo todo a EDF.”  Sin embargo, eso permite una reflexión colectiva y una apropiación de las cuestiones energéticas por parte de los ciudadanos. Eso sin necesidad de ser un experto.

Una tercera estructura para la gestión de los parques

Los inversores (privados y públicos) y los vecinos han insistido en financiar el parque de su territorio. Se ha tenido que crear una tercera estructura para la construcción y la explotación de los generadores eólicos. “La creación de dos SAS (NDT: Otro tipo de compañíaa del derecho comercial francés) permite relocalizar los proyectos. Además eso permite a “Site à Watts” quedarse con su competencia en el desarrollo de los parques eólicos” explica Pierre Jourdain. En Béganne, la SAS se llamara Bégawatts (es decir BegaVatios).

¡Para que todo eso vea la luz, hizo falta una motivación cotidiana! Los consejos de Unión regional de las sociedades cooperativas y participativas (NDT: la SCOP es un tipo de companía que funciona de manera cooperativa y participativa) pudieron beneficiarse de una  perseverancia sin igual del equipo y un apoyo real de la población. Éste siempre ha sido informado de las buenas y menos buenas noticias. “Se organizan regularmente reuniones públicas, explica Charlène Suire, también cuando el proyecto se estanca, ara que la gente sepa por qué.” El Zeff,” un boletín de información, se edita regularmente. En la primavera pasada, otro organismo se creó para completar estas idas y vueltas entre los que llevan el proyecto y la población: El comité de seguimiento. Está compuesto por decenas de vecinos que están preocupados, o no lo están, por la puesta en marcha de las obras.

“Gobernancia industrial cooperativa.”

El Equipo de EPV, “Site à Watts” y “Bégawatts” ha empezado ahora el último y más grande desafío de esta aventura: la gobernanza de un proyecto de tipo industrial con varios particulares, Cigales, colectividades locales, Cajas de depósitos,... sabiendo que el prosupuesto es de 12 millones de Euros, con 25% de fondos propios. Para lo demás se pidióun préstamo a un banco lo bastante visionario y confiado para aceptar. Ninguna de la tres organizaciones, EPV, Site à Watts y Bégawatts puede hacer ofertas públicas de venta de valores. Se creó entonces una herramienta participativa y financiera: “Energía compartida” (“Énergie partagée” en francés).

Esta “plataforma del eólico ciudadano” es una estructura nacional que va a recaudar  inversiones ciudadanas para proyectos de energía renovable. El sitio de Béganne podrá, por ejemplo, beneficiarse de ello. Pero, para poder asociar más de 99 personas a una sociedad (lo que es el caso para el proyecto de parque eólico cooperativo), hace falta un permiso de la Autoridad de los Mercados Financieros (AMF). “Energía compartida” está esperando este permiso para poder empezar con el ahorro popular. ¿El objetivo? Que se difunda este modo de producir energía de manera “democrática y ecológica”. Y que Francia, que es el campeón mundial de la energía nuclear, por fin se ponga a imaginar otro modelo energético.

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